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Idea de Emergencia
I.C. De "La Idea de Emergencia", Jeffrey Goldstein. (Traducido del inglés: "Emergence as a Construct").
La emergencia hace referencia a la aparición de nuevas y coherentes estructuras, patrones y propiedades durante el proceso de auto-organización de sistemas complejos. Los fenómenos emergentes se conciben como ocurrentes en el nivel macro, en contraste con los componentes y procesos de nivel micro a partir de los cuales surgen. En una amplia variedad de campos científicos y matemáticos, agrupados laxamente bajo el título de "teoría de la complejidad", se ha emprendido actualmente una intensa búsqueda de características y leyes asociadas a los fenómenos emergentes que se observan en diversos tipos de sistemas complejos. Como preludio al estudio de la emergencia en las organizaciones, en este artículo quiero discutir algunos de los principales temas relativos al uso explicativo de la emergencia en general, así como ponerlo en un contexto histórico para conseguir una mejor visión de lo que es propio de sus manifestaciones contemporáneas.
Aunque los fenómenos emergentes son distintos en diferentes tipos de sistemas, p.ej. si ocurren en sistemas físicos o en simulaciones computacionales, comparten ciertas propiedades interrrelacionadas, comunes, que los identifican como emergentes:
-- Radical novedad: Los emergentes tienen características que no se observan previamente en el sistema complejo estudiado. Esta novedad es la fuente de la opinión de que las características de los emergentes no son predecibles ni deducibles de los componentes de nivel inferior o micro. En otras palabras, los emergentes radicalmente novedosos no pueden ser anticipados en toda su riqueza antes de que se hayan manifestado por sí mismos.
-- Coherencia o correlación: Los emergentes aparecen como todos integrados que tienden a mantener en cierto modo su identidad durante el transcurso del tiempo. Esta coherencia abarca y correlaciona a los componentes separados de nivel inferior en una unidad de nivel superior.
-- Nivel global o macro: dado que la coherencia representa una correlación que combina los componentes separados, el "locus" de los fenómenos emergentes está en un nivel global, o macro, en contraste con la ubicación a nivel micro de sus componentes. La observación de los emergentes, por lo tanto, trata de su comportamiento en este nivel macro.
-- Dinamismo: Los todos emergentes no son pre-dados sino que aparecen a medida que un sistema complejo evoluciona en el tiempo. Como construcción dinámica, la emergencia está asociada a la aparición de nuevos atractores en los sistemas dinámicos (i.e., bifurcación).
-- Ostensibilidad: Los emergentes son reconocidos al manifestarse a sí mismos, es decir, se reconocen ostensiblemente. Bedeau (1997) se refiere a su cualidad de ostensibilidad cuando define la emergencia en términos de simulaciones tales como las que se encuentran en la vida artificial (Langton 1986). Debido a la naturaleza de los sistemas complejos, cada manifestación ostensible de fenómenos emergentes será diferente en alguna medida de las anteriores. Con respecto a su uso en la investigación científica, se recurre a la idea de la emergencia cuando la dinámica de un sistema parece entenderse mejor al enfocarlo en su organización global que sólo en sus partes o en las propiedades de sus partes. Aun así, parece que la emergencia se sigue más de una transición continua que de un salto discreto de parte a todo (Bechtel and Richardson 1993). En consecuencia, la idea de emergencia puede emplearse conjuntamente con, no en exclusión a, referencias al funcionamiento de las partes de un sistema. De hecho, a menudo es propiamente el intercambio entre partes y todo lo que ha sido destacado en los estudios de los sistemas complejos auto-organizados (Lewin, 1992).
PARTES/TODOS/GESTALTS
Debemos enfatizar, sin embargo, que hay mucho más en lo referente a los fenómenos emergentes que lo que ha sido incluido tradicionalmente en la relación todo/parte. Esto puede verse contrastando la idea de emergencia usualmente empleada con dos ideas similares en la historia del pensamiento occidental: la de un "todo anterior a sus partes" y la de "gestalts". El "todo anterior a sus partes" hace referencia a otorgar precedencia explicativa a la entidad total por encima de sus partes constituyentes (Tiles, 1989).
Aunque la idea de un "todo anterior a sus partes" se parece a la coherencia de las estructuras emergentes como consistentes en más que una mera colección de partes, hay una diferencia crucial entre los dos conceptos: un "todo anterior a sus partes" designa a una entidad coherente pre-dada, mientras que la emergencia, como afirmamos anteriormente, no está pre-dada sino que es una construcción dinámica que aparece en el tiempo.
La naturaleza no-dinámica del "todo anterior a sus partes" puede observarse en una de sus más recientes incorporaciones, el concepto de una "gestalt" (formas globales, o configuraciones). El significado moderno de "gestalt" empezó con el poeta, filósofo y científico alemán Johann Wolfgang von Goethe, quie utilizó este término para referirse a una unidad natural que era la meta de un desarrollo enteléquico a partir del caos primordial (Harrington 1996; este significado de "gestalt" parece ciertamente emparentado con nociones que se encuentran también en la teoría contemporánea de la complejidad, tal la de cómo el orden emerge del caos). La "gestalt" de Goethe fue ramificándose hasta llegar a la unidad básica de percepción en psicología del comportamiento; uno de cuyos progenitores, Christian von Ehrenfels, sonaba muy parecido a un teórico contemporáneo de la complejidad cuando señalaba que la percepción se realiza mediante el reconocimiento de patrones totales: "el todo es mayor que la suma de las partes" (Harrington 1996). Varios proto-emergentistas emplearon el término "gestalt" para describir los fenómenos emergentes. No obstante, como el "todo anterior a sus partes", una "gestalt" es un todo pre-dado y, así, no tiene el sentido dinámico de emergencia. La característica dinámica de la emergencia puede apreciarse mejor considerando su asociación con la aparición de atractores que no están pre-dados en el sentido de una gestalt. Cuando un sistema dinámico se bifurca, se manifiestan nuevos atractores, lo que significa una metamorfosis a la vez cuantitativa y cualitativa.
Estos nuevos atractores dominan entonces al sistema y de este modo producen la emergencia de algo radicalmente nuevo con respecto a lo que había antes.
PROTO Y NEO EMERGENTISMO
PROTO EMERGENTISMO: EVOLUCIONISMO EMERGENTE
El significado técnico del término "emergencia" tal como es usado por los teóricos de la complejidad, no es nuevo. Fue acuñado hace unos 100 años por el filósofo inglés G.H.Lewes (1875). Basándose en una distinción anterior entre tipos de causación, hecha por J.S.Mill, Lewes distinguía entre compuestos químicos "resultantes" y "emergentes" provenientes de una reacción química (Lewes 1875): "aunque cada efecto es resultante de sus componentes, no podemos siempre trazar los pasos del proceso de manera que veamos en el producto el modo de operar de cada factor. En este último caso, propongo llamar al efecto un "emergente". Se desprende de la combinación de factores, pero de una forma que no muestra a los agentes actuando... El "resultante" es o bien una suma o una diferencia de las fuerzas cooperantes...(y) puede trazarse claramente en sus componentes...;el "emergente"...no puede ser reducido ni a su suma ni a su diferencia".
En esta cita podemos ver que el término "emergente" se define en forma muy similar a su uso moderno, en el cual la interactividad no-lineal conduce a resultados nuevos que no se comprenden suficientemente como la suma de sus partes. El término de Lewes fue utilizado durante la década de 1920 para formar la base de un movimiento laxamente unido en las ciencias, la filosofía y la teología, conocido como "evolucionismo emergente" (para una historia y revisión, ver Blitz 1992).
Los principales impulsores de este movimiento (lo llamaremos "proto-emergentismo" para distinguirlo del "neo-emergentismo" de la actual teoría de la complejidad) fueron: el especialista en comportamiento animal C.L.Morgan (1923), los filósofos Samuel Alexander (1926) y C.D.Broad (1925), y el entomólogo W.Wheeler (1926). El concepto de emergencia fue calurosamente debatido y estimuló a algunos de los más significativos pensadores de la época, incluído Alfred North Whitehead.
Como movimiento, el proto-emergentismo se extinguió durante la década de 1930 (McLaughlin 1992), pero la idea de emergencia continuó todavía ejerciendo influencia, principalmente en filosofía de la ciencia donde fue utilizada como baluarte contra formas agresivas de reduccionismo científico y filosófico. Esta utilización de la emergencia fue principalmente de naturaleza defensiva, estableciendo una posición intermedia entre el vitalismo, por un lado, y el mecanicismo reduccionista, por el otro.
Cuando se trataba de comprender cómo era posible el fenómeno de la emergencia, el proto-emergentismo tenía poco que decir. Alexander (1926), por ejemplo, decía que la actitud apropiada frente a un emergente era la "devoción natural". En el proto-emergentismo, el proceso de la emergencia se quedó concebido como una "caja negra", ya que podía discernir tanto las entradas de bajo nivel como las salidas de alto, pero no cómo unas eran transformadas en las otras durante el proceso de emergencia. Sin embargo, la teoría actual de la complejidad está demostrando ser capaz de abrir la caja negra de la emergencia gracias a los ordenadores de alta velocidad, y al descubrimiento de herramientas matemáticas adecuadas y de nuevos métodos de investigación. Como resultado de ello, la idea de emergencia está adquiriendo un fundamento mucho más seguro y mayor utilidad en las explicaciones científicas.
NEO-EMERGENCIA: TEORÍA DE LA COMPLEJIDAD
Podemos aprehender mejor las características particulares de la emergencia en la actualidad, en contraste con las del proto-emergentismo, esquematizando brevemente sus fuentes científicas y matemáticas en la teoría de la complejidad. La investigación actual sobre sistemas complejos tiene raíces en varias aproximaciones, algunas estrechamente asociadas, al estudio de la dinámica de sistemas en las ciencias físicas, la matemática, y la ciencia computacional, que se remontan al período de la Segunda Guerra Mundial.
En las primitivas ciencias cibernética, teoría de la información, y teoría general de sistemas, no eran los fenómenos emergentes "per se" los objetivos de la investigación, ya que los sistemas investigados en estos primeros intentos eran simples, lineales y en torno al equilibrio, en contraste con los sistemas complejos, no-lineales y no-en-equilibrio que interesan a la teoría de la complejidad. La emergencia requiere considerar sistemas que tengan al menos las siguientes características:
1._ No-linealidad. Aunque los sistemas estudiados por las teorías primitivas incluían cierto grado de no-linealidad en la medida en que se los describía en términos de bucles de retroalimentación positiva y negativa que son de naturaleza no-lineal, no incluían ni el concepto de "pequeña causa, gran efecto" ni la intensa focalización en la interactividad no-lineal que hay en los fenómenos emergentes.
2._ Auto-organización. Aunque este término era empleado ocasionalmente por los pensadores de la primitiva ciencia de sistemas, era en referencia principalmente a procesos de auto-regulación, mientras que en la teoría de la complejidad se refiere al comportamiento creativo, auto-generado, adaptable, de un sistema complejo. Los fenómenos emergentes son estructuras nuevas que confieren esta adaptabilidad.
3._ Más allá del equilibrio (multi-, no-, lejos-del- equilibrio). Las teorías de sistemas primitivas exploraron el modo en que los sistemas tienden a un estado final de equilibrio o "homeostasis" (ver, por ejemplo, la noción de "equifinalidad" en la teoría general de sistemas), mientras que las ciencias de la complejidad están mucho más interesadas en las condiciones "más allá del equilibrio" que adopta la emergencia. Uno de los orígenes del orden radicalmente nuevo que se ve en los fenómenos emergentes es la manera en que las condiciones "lejanas del equilibrio" permiten la amplificación de eventos aleatorios (ver Nicolis 1989). Esta amplificación de eventos aleatorios, a su vez, es una razón clave para que la emergencia tenga características impredecibles.
4._ Atractores. El único "atractor" disponible para la primitiva teoría de sistemas era un estado final de equilibrio, mientras que en la teoría de la complejidad hay varias clases de atractores (p.ej., el punto fijo, el ciclo límite, y el llamado "atractor extraño"). Como se dijo antes, los fenómenos emergentes coinciden con los nuevos niveles cualitativos que aparecen cuando los sistemas complejos entran en el régimen de influencia de un nuevo atractor.
Estas cuatro características de los sistemas complejos han sido extensamente estudiadas por los principales centros de investigación y constituyen la columna vertebral de las teorías de la complejidad:
-- Teoría de Sistemas Complejos Adaptativos, que se ha hecho famosa en el Instituto Santa Fe, y que usa explícitamente el término "emergencia" para referirse a los patrones de macro-nivel que surgen en los sistemas de agentes interactuantes (ver Holland 1998; Kauffman 1995; y Langton 1986);
-- Teoría de Sistemas Dinámicos No-lineales, que, como abuela matemática de la teoría del caos, promulgó el concepto de "atractores", incluido el "atractor extraño" que el filósofo de la ciencia David Newman (1996) clasifica como un fenómeno auténticamente emergente.
-- La Escuela Sinergética, fundada por el físico alemán Hermann Haken (1981), que colaboró a iniciar el estudio de la auto-organización en sistemas físicos y que proporcionó la idea crucial de un "parámetro de orden" al explicar el principio de fenómenos coherentes en el macro-nivel.
-- Termodinámica Lejos-del-equilibrio, que fue introducida por Ilya Prigogine y que se refiere a los fenómenos emergentes como estructuras disipativas que surgen en condiciones lejanas del equilibrio (ver Nicolis 1989).
Las aplicaciones del concepto de emergencia a la comprensión de la dinámica de la organización necesitarán acudir a todas estas fuentes, como también sacar partido de los nuevos puntos de vista que están apareciendo rápidamente con la intensificación del estudio de los sistemas complejos.
TEMAS DE FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
¿CUÁL ES EL PAPEL DE LA EMERGENCIA EN LA EXPLICACIÓN?
Como se dijo antes, se recurre al concepto de emergencia cuando la configuración de los componentes de un sistema complejo ofrece más visión explicativa de la dinámica del sistema que las explicaciones basadas sólo en sus partes. Por lo tanto, las explicaciones que incluyen la idea de emergencia contienen la tesis de que los fenómenos emergentes no son reducibles, ni predecibles, ni deducibles, sólo de sus partes. Recurrir al nuevo y más alto nivel de emergencia para la explicación, entonces, es equivalente a admitir que una explicación de la dinámica del sistema sólo en términos del nivel inferior de sus partes, es insuficiente. Pero, además de admitir esto, ¿qué ventajas explicativas ganamos recurriendo a la emergencia? Para responder esta pregunta debemos mirar más de cerca el papel real de la emergencia en la explicación científica.
De hecho, la emergencia funciona no tanto como explicación sino como un término descriptivo que alude a los patrones, estructuras, o propiedades, que se manifiestan en el macro-nivel. Por ejemplo, las celdas hexagonales de convección en el sistema de Benard son fenómenos emergentes, ya que son configuraciones de alto nivel, que representan una correlación a través del sistema que no está presente en el nivel inferior de los componentes (ver Nicolis 1989). Llamando emergentes a las celdas de convección las ponemos en el nivel apropiado para poder proceder a la explicación. Entonces, la explicación extrae las leyes especiales de alto nivel que producen la elucidación del fenómeno emergente. En el caso de las celdas de Benard, esto incluiría determinar las condiciones lejanas-del-equilibrio que provocan la emergencia, medir la correlación entre las celdas, o, en otras palabras, determinar los "parámetros de orden" del nivel de emergencia que nos ayuden a comprender este sorprendente fenómeno.
Recurrir a la emergencia es así una forma de describir la necesidad de ir al nivel macro y a su particular dinámica, leyes y propiedades, para explicar más adecuadamente lo que está ocurriendo. La idea de la emergencia es por lo tanto sólo el fundamento para construir una explicación, no su término. Los proto-emergentistas naufragaron en este tema porque ellos no tenían acceso al tipo de procesos que son suficientemente potentes para aclarar los fenómenos emergentes; ellos tenían que contentarse con la mera designación de algo como emergente. Pero la teoría de la complejidad puede ir mucho más allá en el descubrimiento de los múltiples factores involucrados en la aparición de los fenómenos emergentes. Esto es, que la teoría de la complejidad está desarrollando las necesarias herramientas, métodos, y conceptos que vuelvan menos opaco el proceso de la emergencia y, por eso, menos proclive a la etiqueta de "milagroso".
¿ES LA EMERGENCIA MERAMENTE UNA IDEA PROVISIONAL?
Desde el apogeo del evolucionismo emergentista, una crítica habitual a la idea de la emergencia ha sido sostener que ella tenía sólo un "status" provisional, que era simplemente un reconocimiento epistemológico de lo inadecuado de las teorías actuales para derivar las propiedades de macro-nivel a partir de elementos de micro-nivel. Cuando viniese una teoría mejor, ya no sería necesario recurrir a la emergencia, ya que esta teoría mejor sería capaz de predecir, deducir, y reducir los fenómenos emergentes a procesos de micro-nivel (Henle 1942). La emergencia consistiría entonces en una etiqueta provisional para designar algo acerca de lo cual "todavía" no sabemos lo suficiente, pero que llegaremos a conocer posteriormente.
Según Hempel y Oppenheim (1948), ya que la emergencia sólo podía definirse con respecto a una teoría específica, y ya que las teorías están siempre desarrollándose, la idea de emergencia sería eventualmente descartada. El propio Lewes se inclinaba a ver la emergencia como algo provisional, mientras que los proto-emergentistas, tales como Morgan y Alexander, pensaban que los fenómenos emergentes no eran predecibles ni deducibles aun "en principio" (Stephan 1992). En realidad, para Morgan, la naturaleza provisional de la emergencia no constituía evidencia contra su cientificidad sino que más bien la reforzaba, ya que la ciencia siempre trata con cosas de las cuales no tiene perfecto conocimiento. El tema del carácter provisional de la impredecibilidad de los emergentes era importante para los evolucionistas emergentistas, ya que la impredecibilidad les servía de base para sostener el tipo de novedad que requerían en sus diversos modelos de evolución cósmica.
Ocurrió que una teoría mejor vino a explicar los típicos ejemplos de emergencia descritos por los proto-emergentistas. Esta teoría mejor fue la de los enlaces cuánticos, que explicó las nuevas propiedades de los compuestos en términos de los micro-determinantes de sus reactantes. De hecho, el desarrollo de la teoría de los enlaces cuánticos fue uno de los factores que condujo al destronamiento del proto-emergentismo (McLaughlin 1992). Debe señalarse, sin embargo, que no fue la idea misma de emergencia lo problemático, sino los ejemplos de ella que usaron los emergentistas. Así, si, siguiendo a David Newman (1996), tomamos un "atractor extraño" como ejemplo de fenómeno emergente, entonces hay teoremas matemáticos que apoyan la impredecibilidad inviolable de este emergente en particular, al menos. Aquí hay una ejemplificación de la emergencia que puede defenderse contra el argumento de que su impredecibilidad será superada algún día.
Los estudios de la emergencia en simulaciones (tales como el Juego de la Vida) señalan que la impredecibilidad sólo es absoluta la primera vez que los emergentes son observados. En adelante, los patrones emergentes proporcionan cada vez mayor predecibilidad (ver Pomdstone 1985). Pero ¿significa esto que los emergentes son emergentes sólo la primera vez que son observados? Esto, por supuesto, es muy parecido a decir que los emergentes son meramente provisionales.
En la teoría de la complejidad hay una limitación estructural a la predecibilidad que tiene que ver con la insolubilidad analítica de la no-linealidad de los sistemas complejos, de modo que habrá diferencias en los fenómenos emergentes en cada ciclo de su trayectoria evolutiva. En efecto, parece que la emergencia de emergentes no tiene fin. Por lo tanto, su impredecibilidad estará siempre un paso por delante del terreno ganado por la predicción y, de acuerdo a esto, la emergencia estará siempre un paso por delante del argumento de la provisionalidad. En conclusión, parece que la emergencia está aquí para quedarse. Por supuesto, esto no significa que no habrá grandes incursiones para hacer más predecible la emergencia. Más bien tiene que ver con un general replanteamiento del tema de la predecibilidad en la investigación científica que ha comenzado con la teoría de la complejidad. De manera semejante al papel que juega el principio de incertidumbre en la mecánica cuántica, la no-linealidad de los sistemas complejos estudiados por la teoría de la complejidad introduce un grado de impredecibilidad que aun en principio no permite por completo avanzar más y más en las exploraciones.
EMERGENCIA, REDUCCIONISMO Y PLURALIDAD DE NIVELES
Oculta detrás del epíteto de provisionalidad hay una suposición metafísica, no científica: hay sólo un nivel ontológico básico, y el propósito de la explicación científica es reducir todos los aparentemente nuevos niveles a este nivel primordial (un ejemplo de este reduccionismo en las críticas al proto-emergentismo puede verse en Pepper, 1926). Podemos llamar a este supuesto metafísico "monismo de niveles ontológicos". Con respecto a la provisionalidad, este supuesto contiene la suposición adicional de que lo que aparezca ahora como nivel emergente resultará reducible al nivel micro cuando se disponga de una teoría mejor de micro-determinación.
No obstante, las explicaciones científicas no tienen por qué guardar fidelidad al monismo de niveles ontológicos. El físico y filósofo Mario Bunge ha demostrado que la emergencia es una idea viable, esbozando una ontología de niveles pluralista y científicamente fundada (Blitz, 1992). En la misma línea, el filósofo de la ciencia William Wimsatt (1976) ha indicado que cuando seleccionamos un particular nivel en el que enfocamos nuestra atención, lo hacemos reconociendo que este nivel consta de entidades que se interrelacionan más fuertemente entre sí que con unidades y relaciones de otros niveles. En consecuencia, ese nivel en particular, en nuestro caso el nivel emergente, macro, debería ser donde empezar la explicación. Como apunta Wimsatt, esta forma de explicación vía niveles se sigue de la teoría de la explicación de referencia estadística, buscando los factores que dan una mejor partición de los fenómenos en clases diferentes.
Aquéllos que no pueden aceptar la posibilidad de más de un nivel ontológico tampoco pueden aceptar la posibilidad de la radical novedad que acompaña al nuevo nivel que surge con la emergencia. Ellos tienen un sesgo contrario a la real novedad. Con la dinámica no-lineal y la teoría de la complejidad, el reduccionismo "duro" de los monistas ontológicos ha topado finalmente con procesos naturales que no admiten el asalto reduccionista debido a su misma matemática. La matemática no-lineal de estos sistemas complejos impide la predicción exacta de los estados futuros, ya que las ecuaciones que gobiernan tales sistemas no son analíticamente resolubles.
A pesar de las protestas, puede erigirse una defensa filosófica rigurosa en apoyo del pluralismo de niveles. Recientemente, el filósofo de la ciencia Carl Gillett (1988) ha mostrado cómo las creencias ontológicas del filósofo proto-emergentista Samuel Alexander pueden arrojar luz sobre las actuales ideas de emergencia. El reconocimiento de la pluralidad de niveles, por lo demás, no requiere un abandono de la causalidad física, como hizo, por ejemplo, C.L.Morgan (1923). Sin embargo, sí requiere repensar el papel de la causalidad en los sistemas complejos que presentan procesos de emergencia (ver Goldstein 1996). Una estrategia que se ha seguido para apoyar la realidad del nivel emergente es asociarle una eficacia causal. Por ejemplo, el neurocientífico Roger Sperry (1986) argumentaba que si bien la mente emerge del funcionamiento del cerebro, aun así la mente tiene poder causal sobre el cerebro. Por lo demás, si los emergentes tienen capacidad causal, entonces ¿cómo pueden ser meramente provisionales? (ver Schroder 1988). Por supuesto, esta especie de "causación hacia abajo" no está exenta de problemas. Por ejemplo, está el aparente rompecabezas de cómo un emergente "causado" por componentes de nivel inferior puede tener, a su vez, capacidad causal sobre estos componentes de nivel inferior. Ir más allá por este camino debe reservarse para otro artículo. El punto, sin embargo, es que existen varias maneras de concebir la emergencia que pueden hacer justicia al macro-nivel emergente.
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